PROCESO
25 de Junio de 2006
Una segunda
muerte
Anne Marie Mergier
Los restos del pintor y grabador mexicano Julio Ruelas –integrante de
la corriente simbolista que murió y fue sepultado en París en 1907–
corren el riesgo de ser llevados a la fosa común. Incluso, el monumento
que se erige sobre su tumba puede ser destruido. La Asociación de Amigos
de Ruelas trata de impedirlo, pero se enfrenta a la especulación de
tumbas en el mítico cementerio de Montparnasse, a la oposición de los
responsables de los panteones en París y a la indiferencia de las
autoridades mexicanas.
PARÍS.- “Una gran piedra granítica, tallada apenas, que se yergue con
aspecto de dolmen druídico y en cuya superficie anterior, en letras
rojas, que resaltan sobre el gris del granito, se lee : Julio
Ruelas, 1870-1907. Más arriba, casi en la extremidad superior, ahondada
en la piedra, una viñeta deliciosa del artista. Aquel fauno amable y
musical, que encaramado en la rama de un árbol, toca su flauta de siete
cañas teniendo por oyente a un cuervo absorto. Abajo una mujer desnuda,
vencida, trágica, de piernas flexionadas en un gesto angustioso. Su
cabellera cae revuelta y desordenada confundiéndose con la tersura del
mármol de Carrara.” Así
describió Roberto Núñez y Domínguez el mausoleo de Julio
Ruelas, que se ubica en el cementerio de Montparnasse. Su crónica fue
publicada en el periódico Excélsior el 22 de junio de 1965. Cuatro
décadas más tarde, el emotivo testimonio aún es pertinente. Sólo
desapareció el color rojo de las letras, pero hoy como antaño el hermoso
mausoleo, obra del escultor Arnulfo Domínguez Bello, es uno de los más
románticos, discretos y misteriosos del famoso cementerio parisino.
También uno de los más amenazados. Un letrero colocado por la
administración del cementerio señala que está a punto de ser cancelada
la concesión a perpetuidad de la tumba.
Marie-Paule Lelièvre, conservadora del panteón donde reposan los restos
de personajes célebres como Charles Baudelaire, Guy de Maupassant, César
Vallejo, Samuel Beckett, Emile Cioran, Julio Cortázar, Marguerite Duras,
Eugène Ionesco, Simone de Beauvoir, Jean Paul Sastre y… por supuesto,
Porfirio Díaz, entre otros, se muestra bastante tensa en entrevista con
la reportera. Justifica la decisión con argumentos jurídicos:
“Para poder guardar una concesión perpetua es imprescindible asegurar el
mantenimiento de la tumba. Si 30 años después de la última inhumación se
constata que no se cumple con ese requisito, el sepulcro cae de nuevo en
el dominio público y se adjudica a otras personas”, enfatiza.
Prosigue: “La de Julio Ruelas lleva muchísimos
años abandonada y requiere restauración. Pero nadie se hace cargo de
ella. Es la razón por la que hemos lanzado un proceso de recuperación de
esa tumba. El trámite dura cuatro años y ya está en marcha.
“Empezamos por mandar cartas certificadas para avisar de la situación a
quien corresponde y nos fueron regresadas por la oficina de correos. En
noviembre de 2004, hicimos un primer peritaje y haremos otro en
noviembre de 2007. Si no aparecen descendientes del señor Jesús Eugenio
Luján, quien adquirió la concesión perpetua en 1907, pues se cancelará”,
concluye. Concretamente,
la medida implicará la destrucción del monumento a principios de 2008 y
la exhumación de los restos de Julio Ruelas que
serán trasladados al osario común de la ciudad de París en el cementerio
del Père Lachaise, otro panteón mítico de la Ciudad Luz.
Para negarse a proporcionar información, Lelièvre se escuda en el
secreto profesional y rehúsa precisar a quién envió las cartas
mencionadas. Tampoco ofrece detalles acerca de los datos que contiene el
expediente sobre Ruelas y Luján que obra en su poder.
“Desaparecer para siempre”
“Es un escándalo –exclama Michel Kawnik, presidente de la Asociación
Francesa de Información Funeraria (AFIF)–. Esa escultura de mármol, de
una sensualidad increíble, es una joya que forma parte del patrimonio
artístico del cementerio de Montparnasse y también del patrimonio
mexicano en Francia.” Y
añade: “Destruir semejante belleza sería absurdo y contrario a la
política de defensa de las riquezas de ese panteón, que se ha venido
desarrollando en los últimos años. Llevar los huesos deJulio Ruelas al
osario común resulta además sumamente cruel: sería una segunda muerte
para ese reconocido artista mexicano. Urge bloquear el proceso de
cancelación de la concesión perpetua”.
Insiste en describir “crudamente” en qué consiste el traslado de los
restos de un difunto hacia la fosa común. No lo hace por morbo,
enfatiza, sino para que se entienda bien en México lo que les espera a
los restos de Julio Ruelas :
“Se destroza el sepulcro. Se saca el ataúd si aún queda. Si no hay nada,
se excava la tierra para buscar los vestigios del esqueleto –huesos,
dientes, quizás algún anillo– que deben ser reducidos y colocados en una
boîte de restants mortuaires (caja de restos mortuorios). Luego se
inhuma esa caja, debidamente registrada, en el osario”, detalla.
Según explica Vincent de Langlade, uno de los grandes especialistas en
cementerios parisinos, el osario se encuentra en los subterráneos del
Père Lachaise a los que el público no tiene acceso. Alberga los restos
“solamente” durante 30 años. Después se incineran las cajas mortuorias y
todo desaparece para siempre. Kawnik, quien visitó la tumba junto
con la reportera, constata que la parte de granito está intacta, pero
reconoce que la escultura de mármol ha sido afectada por la
contaminación, el viento y, sobre todo, las heladas que generaron
microporosidades dañinas. Detecta varias fisuras, en particular a la
altura del cuello de la bella durmiente.
“Se requiere un tratamiento especial del mármol para evitar que las
heladas lo hagan explotar –diagnostica–. Pero tanto en Montparnasse como
en el Père Lachaise he visto mausoleos muy descuidados y que representan
un peligro real para los visitantes o para las tumbas de los
alrededores. Sin embargo, no son objeto de persecución como la de
Ruelas, que no amenaza a nadie.”
La AFIF, que preside Kawnik, es una organización sin fines de lucro. Fue
creada en 1992 por un grupo de benévolos especialistas, entre ellos
juristas, que ayudan a los deudos o herederos de concesiones a
defenderse contra los abusos de las poderosas empresas funerarias y los
guían a través del laberinto jurídico y administrativo de los
cementerios. A lo largo de
15 años, la AFIF logró imponer su autoridad en toda Francia. Sus
actividades están ampliamente reseñadas por la prensa y la televisión
francesas. “Somos objeto de aproximadamente 80 reportajes al año”, se
enorgullece Kawnik. “Es la
primera vez que se me consulta para un monumento funerario de esa
importancia –agrega–, pero estoy dispuesto a poner todo el peso de la
AFIF para apoyar una batalla a favor de la permanencia a perpetuidad del
mausoleo de Julio Ruelas. Voy a empezar con la creación de
una sección ‘Monumentos en Peligro’ en el sitio en internet de la AFIF,
para denunciar públicamente ese abuso.”
Michel Kawnik, Vincent de Langlade y Bertrand Beyern –este último
también eminente especialista en cementerios parisinos– coinciden en el
papel capital que puede jugar una asociación en defensa de Ruelas creada
en Francia, que se muestre capaz de coordinar campañas para preservar su
tumba. Después de confesar
su admiración por la obra de Arnulfo Domínguez Bello, que imagina
inspirado por Auguste Rodin o Camille Claudel, Beyern enfatiza que es
indispensable que artistas y autoridades culturales, eventualmente
políticas o diplomáticas de México, se movilicen para proteger el
mausoleo. “Ese sepulcro es en sí una obra de arte y además celebra la
memoria de un importante simbolista mexicano. El problema que plantea la
cancelación de su perpetuidad tiene alcance internacional y podría
perturbar las relaciones culturales entre Francia y México. La
administración de los cementerios parisinos depende de Bertrand Delanoë,
alcalde de París, quien tiene que ser avisado de la situación y de su
impacto en México”, precisa el especialista.
Afán mercantil
Fue precisamente la inminencia de la destrucción de la tumba de Julio
Ruelas la que llevó a Jorge Miñano Zeballos a crear la
Asociación de Amigos de Julio Ruelas, junto con un grupo de
mexicanos radicados en la Ciudad Luz.
Esta asociación aún se encuentra en ciernes y podrá funcionar como tal
el próximo mes de julio; sin embargo, los admiradores de Ruelas ya
crearon un sitio en internet (www.julioruelas.org) cuyo texto de
presentación estuvo a cargo de Alberto Paredes, escritor y colaborador
de Proceso, quien reside temporalmente en París.
Miñano Zeballos, intelectual peruano que trabaja en la biblioteca de la
Casa de México en París y vive desde hace 20 años cerca del cementerio
de Montparnasse, cuenta a la reportera que desde tiempo atrás estaba
fascinado por la tumba de Ruelas, pero que se tardó mucho en descubrir
quién era este artista mexicano. Gracias a encuentros con especialistas
y a numerosas lecturas, descubrió la importancia de ese creador
angustiado. “Justo cuando
me di cuenta quién era Julio Ruelas –indica
Zeballos–, aparecieron los letreros amenazantes de la administración del
cementerio. Pensé que las autoridades culturales mexicanas en París se
iban a enterar del asunto y tomarían medidas. Pero no pasó nada. A
inicios del pasado mes de mayo, contacté a la administración del
cementerio. Entendí el peligro y lancé la idea de la Asociación de los
Amigos de Julio Ruelas.”
Kawnik y Beyern insisten: “Una vez reconocida su personalidad jurídica,
la asociación podrá intervenir oficialmente ante la conservadora del
cementerio y el alcalde de París para exigir, primero, que se interrumpa
el proceso de recuperación del sepulcro y, luego, obtener el derecho de
hacerse cargo de esa tumba. Eso implica restaurarla, mantenerla y
volverla perenne”. En la
plática que sostuvo con la corresponsal, la conservadora del cementerio
reconoció que la intervención de una asociación oficialmente reconocida
podría salvar la tumba. Enfatizó: “En ese caso, la concesión perpetua
seguirá a nombre de Jesús Eugenio Luján y la asociación se hará
responsable del buen estado del monumento funerario”.
Pero Marie-Paule Lelièvre no está de acuerdo con los especialistas
independientes consultados por Proceso sobre la necesidad de interrumpir
el proceso de recuperación: “Habrá que esperar –dijo– que el proceso
jurídico siga su curso y que la tumba caiga de nuevo en el dominio
público, antes de poder pasar el relevo a la asociación”.
“Es una trampa –protesta Kawnik, quien conoce todas las ‘jugadas’ de los
administradores de los cementerios–. Llevo más de una década
enfrentándolos: sé que hay que golpear duro y muy pronto. Es preciso
alertar a personas importantes en Francia y México para interrumpir ese
proceso. “Sería sumamente
peligroso dejar que la concesión caiga de nuevo en el dominio público. A
pesar de las grandes promesas de la conservadora, la tumba muy bien
podrá ser concedida a otras personas”, alertó.
Los tres expertos franceses entrevistados por la reportera recalcan que
hay escasez de tumbas en los cementerios parisinos. El panteón de
Montparnasse está muy cotizado. Personas adineradas, artistas e
intelectuales destacados, que viven en los cómodos barrios de la rive
gauche (orilla izquierda) del río Sena, mueven contactos al más alto
nivel –político y cultural– para tener sepulcros en el panteón.
“Están dispuestos a gastarse fortunas para adquirir una concesión allí.
Nadie se imagina todas las presiones que se ejercen sobre Marie-Pierre
Lelièvre para que recupere espacios”, acusa Kawnik, antes de precisar
que se otorgan cada vez menos concesiones perpetuas. Éstas cuestan 2 mil
dólares por dos metros cuadrados en Montparnasse.
“Lo que se propone actualmente son concesiones por 50 años con un costo
de 4 mil 90 dólares por dos metros cuadrados; las de 30 años alcanzan
casi los 2 mil 800 dólares y las de 10 años las venden a 817 dólares”,
subraya. André Chabot
lleva 30 años publicando libros de fotos de todos los panteones del
mundo, incluso varios de México; también diseña monumentos funerarios
bastante originales y, por si fuera poco, expone instalaciones en museos
y galerías alrededor del tema de la muerte.
La foto del mausoleo de Julio Ruelas aparece
en su sitio en internet y figura también en uno de sus libros titulado
Erotique du Cimetière. Chabot se dice aterrado por el afán mercantil de
recuperación de tumbas que amenaza el valor artístico de cementerios
como el de Montparnasse. Muy motivado por el peligro que corre la obra
de Arnulfo Domínguez Bello, subraya la urgencia de actuar para salvarla
y pone todos sus contactos al servicio de esa lucha.
Miñano Zeballos está consciente de que la Asociación de Amigos de Ruela
tendrá que librar una batalla larga, dura y costosa para impedir la
destrucción de su mausoleo:
“Necesitamos contar con una red de solidaridad, tanto económica como
académica y científica –insiste–. Aquí, en París, dimos el primer paso,
y lanzamos un grito de alarma. Pero solos, no podremos salvar el
monumento. Nos urge asesoría de críticos e historiadores del arte
mexicano para realizar un informe muy documentado sobre la importancia
de Julio Ruelas en México, el cual deberemos
entregar cuanto antes a las autoridades francesas competentes.
“También será preciso reunir fondos para restaurar el monumento en las
mejores condiciones posibles bajo vigilancia de expertos, así como para
asegurar su mantenimiento bianual, conforme a la reglamentación del
panteón. Lo lógico sería que instituciones federales o regionales
mexicanas se movilicen. Pienso en el estado de Zacatecas, donde nació
Ruelas.” Alejandro
Rodríguez, investigador independiente mexicano lleva varios años
buscando huellas de los artistas mexicanos que radicaban en París a
finales del siglo XIX e inicios del XX, con un interés particular en el
escultor Jesús Contreras, sobre quien desea escribir un libro.
Fueron sus investigaciones sobre Contreras las que lo llevaron a la
tumba de Julio Ruelas. Al conocer el aviso de la
administración del cementerio, avisó de inmediato a Maricarmen Garibay,
quien trabaja en el Instituto de México en París. Según él, su
interlocutora no manifestó mayor interés por el asunto.
“Me pidió hacer un informe sobre ese caso –refiere el investigador entre
divertido y molesto–. Le dije que era su papel y no el mío. Y me fui.”
Entonces, tomó la iniciativa de enviar correos electrónicos a Sari
Bermúdez, directora del Conaculta, al gobierno de Zacatecas y a los
directivos del museo Goitia, de la ciudad de Zacatecas, para informar
del peligro que corría la tumba de Ruelas.
“Les envié fotos de la tumba, del aviso de cancelación de la concesión
perpetua e insistí sobre la gravedad de la situación. Sólo recibí un
escueto mensaje del museo Goitia anunciándome que iba a tomar cartas en
el asunto. Desde entonces, no pasó nada.” En la entrevista con
Proceso, Marie-Paule Lelièvre manifestó que no ha recibido ninguna
comunicación del Museo Gotilla. Por el contrario, insistió en que ante
la falta de respuestas decidió emprender el proceso de recuperación de
la tumba del artista mexicano.
Kawnik es categórico: “Sé por experiencia que en ese tipo de batallas,
por muy generosas que sean, las acciones individuales tienen poco peso.
La Asociación de Amigos de Julio Ruelas debe
tener un comité honorífico integrado por personajes conocidos e
influyentes en ambos países, si es posible, lo que dará mucha fuerza a
todas sus iniciativas.
Sólo así, insiste, los mexicanos podrán preservar esa hermosa parte
parisina de su historia artística. Quizás, incluso, lograrán que
instituciones francesas encargadas de la preservación de los monumentos
históricos acepten contribuir a la conservación del mausoleo de Julio
Ruelas”.
< Reportage précédent
Reportage suivant >
|